La Niebla, de Stephen King, es la última película de Frank Darabont. Es el director de dos películas con aire de clásico contemporáneo, y con forma de clásico contemporáneo: La Milla Verde y, sobre todo, Cadena Perpetua. Otro de sus films, The Majestic –el cuarto en su filmografía: empezó con el estupendo clásico de terror de serie B Enterrado Vivo, con Tim Matheson y Jennifer Jason Leigh– es el considerado “fallido”. Por muchos motivos, pero desde luego uno de ellos no será el que no nos esté contando una película. Volveremos enseguida con él.
Es complicado definir a Darabont, y peor aún: establecer qué le separa del resto de cineastas. Visualmente carece de pegada. Es un excelente director de actores pero no permite demasiadas sobradas. Ninguno de sus guiones contiene diálogos especialmente memorables, y las mejores situaciones de sus películas provienen del material original que tan asiduamente adapta. Pero hay algo. Lo que yo tardaría 12 párrafos en resumir, mi colega y compañero de página Dani Rayado lo hizo con una sóla frase.
“Este tío mima las películas”.
Y lo clavó. Y dado que La Niebla se estrena hoy en DVD y Blu Ray, en una extraordinaria edición especial de 3 discos, no está de más expresar una opinión que me viene rondando por la cabeza desde hace tiempo, y que voy a lanzar al aire, así como quien no quiere la cosa:
Frank Darabont es el mejor cineasta de Hollywood en activo.
Esta parece una sobrada –hace tiempo dije que J.J. Abrams está a un paso de ser el equivalente generacional de Steven Spielberg, cosa que sigo manteniendo y después de ver el trailer de Star Trek, me redoblo, a la espera de llevarme un capón, o una docena–, pero es justo considerar que absolutamente ninguno de los directores de clase A de Hollywood se acerca a la comprensión y dominio de la historia de la que hace gala Darabont en todas sus películas. Pueden ser mejores o peores, pero desde luego consigue que nos sumerjamos en la trama, en la acción y que invirtamos nuestro tiempo y simpatía en los personajes. Otros directores también lo hacen. Pero con la firmeza de Darabont, ninguno.
La Niebla es un exponente claro. Es fácil descartar inmediatamente esta película como otra de monstruos (joder, ES una de monstruos). Pero si intentamos compararla con el panorama actual (esto va dedicado especialmente a los admiradores de Saw, en particular al que nos acusó de gafapastismo por putear tan insigne saga…), existen algunas cosas que se niegan a seguir la tendencia de “personaje = cacho de carne”: la primera es que Darabont se pasa los primeros 10 minutos presentando a los personajes. Y veinte minutos después, LOS SIGUE DESARROLLANDO, y al final, nuestros protagonistas han recorrido un viaje emocional bastante completito, marcado por las circunstancias.
Y las circunstancias se resumen en la línea de promoción del film como pocas veces se han resumido: “El Miedo lo Cambia Todo”. Hacía mucho tiempo que un film de terror no me recordaba que las personas, cuando se asustan, comenten tonterías y realizan verdaderas calamidades a sus semejantes. Cuando Darabont explica que “lo importante era realizar un film en el que las personas se convirtieran en los verdaderos monstruos de la película”, es una frase que suena manida, repetida una y mil veces, pero lo realmente distintivo es que realmente nos lo hace comprender. Ya no estamos mirando cachos de carne directos a la motosierra. Hay más de 20 personajes con líneas de diálogo en esta película y cada uno es perfectamente reconocible. El estilo de dirección favorece enormemente la gestualidad, la improvisación, y la mayor parte de las líneas de diálogo del film intentan humanizar a los protagonistas. O deshumanizarlos, como demuestra la fanática religiosa que es la Sra. Carmody –Thomas Jane aguanta el tipo. Pero Marcia Gay Harden está, sencillamente, descomunal–.
Como película de terror es variada, tensa, efectiva. Los golpes de humor están perfectamente metidos en el momento justo. El sentimiento de angustia es patente. La sensación de amenaza en constante. Y como cuento con moraleja, que es lo que Darabont pretendía hacer desde un primer momento, su final es al mismo tiempo un golpe bajo y pelín inconcebible. Pero es igual de bajo e igual de inconcebible que el que Andrew Kevin Walker escribió para Seven hace ya 13 años y por el momento no he oído demasiadas quejas. La mayoría de las críticas vertidas sobre la película se dirigen a este respecto. Pero se acepta, o carretera. Lo que si quiero pedir es que, al margen de las sensaciones que os produzca su final, os centréis en la forma en la que Darabont aborda elementos del film con los que otros directores se limpiarían el culo, en busca de más efectismo imposible. ¿La Niebla podría ser mejor? Eso lo dejo a gusto de cada uno: siempre se le pueden sacar fallos de guión, incongruencias, malas interpretaciones…no sé… que es aburrida. Sí. Podría ser mejor. Pero no podría ser más película, película.
LOS EXTRAS:
La Niebla se presenta en dos versiones: la tradicional estrenada en cines, y una versión en blanco y negro. Esta última es una curiosidad más que otra cosa. Simplemente, se han limitado a quitar el color.
Podéis conseguir el mismo efecto con el mando de vuestra tele. Cuestión de gustos, yo me quedo con la original.
Los extras incluyen:
- El Making Of
- Conversando con Stephen King y Frank Darabont
- Documental sobre la figura del cartelista Drew Struzan
- Detrás de las cámaras con Frank Darabont
- Escenas eliminadas